Gestión empresarial y sostenibilidad
Nadie puede tener dudas de que el sistema occidental, la economía de mercado, el sistema capitalista es el que más bienestar y democracia garantiza, pero al mismo tiempo no cabe duda que es mejorable.
Se siente la necesidad de una mejora de nuestro sistema político/económico para que sea más sostenible. El tema de la sostenibilidad es hoy más que nunca fundamental. El hombre no es solo un ser económico si no también un ser social, político, cultural y espiritual.
Como he dicho antes el líder de este siglo XXI requiere nuevas competencias y nuevas sensibilidades. En este nuevo entorno de mayor sensibilidad ética y social crece el peso de las inversiones socialmente responsables.
El factor que más determina este crecimiento está relacionado con el retorno de la inversión. Los inversores sociales creen que las Compañías que no actúan teniendo en cuenta los temas ambientales, sociales y éticos, pueden tener graves problemas reputacionales y consecuentemente de negocio.
Estos inversores entonces buscan a empresas con un impacto social y ambiental positivo. (Impact investing) y apuestan por una rentabilidad a medio/largo plazo.
Conocer y entender a los inversores socialmente responsables es clave.
Es muy importante crear el justo engagement.
La demanda de los inversores institucionales por la deuda sostenible es creciente. La inversión social se dirige, no sólo a empresas ya existentes sino también a empresas nuevas o innovadoras que contribuyen a la mejora social produciendo bienes y servicios de primera necesidad, a la vez que generan ingresos y crean empleos.
Crecen los instrumentos de inversiones de “impacto” como las plataformas de crowdfunding y crowdlending, las microfinanzas, los bonos (solidarios, sociales, verdes), fondos éticos, solidarios, fondos de pensiones, capital riesgo como también cuentas corrientes y depósitos socialmente responsables.
Conseguir los objetivos en materia de responsabilidad corporativa y sostenibilidad, puede ser hoy un buen medio para captar recursos. Quedan dos cuestiones:
- la primera es la falta de unas referencias compartidas sobre las características que debe tener una empresa con impacto social/ético y ambiental.
- la segunda es que un número mayor de inversores acepten un retorno de las inversiones sociales más a largo plazo pero sólido y sostenible, respecto a una rentabilidad más a corto plazo pero con más riesgo de conseguirla.
Concluyo estas reflexiones con la convicción de que esta creciente sensibilidad ética y social de Inversores y Empresas será una clara oportunidad para la Sociedad en su conjunto!!
Giuseppe Tringali es uno de los asesores de nuestro Top Boards Strategic Advisory, que se enfoca en brindar a los directorios servicios de asesoría estratégica y una mayor comprensión de los desafíos actuales.